Las hijas de la luna
Narradora: Había una vez en un pueblo muy cercano, 4 hermanos de sangre pero con diferentes padres….
Filomena: (Llega corriendo con sus hermanas) ¡Oigan, acabo de ver como el sol de hielo se comía a nuestros 8 padres
Espetoberverona: ¿Qué? ¿Cómo? ¿Dónde?
Filomena: En las montañas “Los Mohinitos”
Pánfila: Pues hay que ir.
Pancracia: ¡No! ¿Y si nos come?
Espetoberverona: Si, Pancracia tiene razón, mejor nos vamos.
Pánfila: ¡Cómo pueden decir eso? ¡Son nuestros padres!
Filomena: ¡Claro que iremos! Y todas, solo que no quería que ese sol de hielo se me acerque porque si me quema la piel, veré como le hago pero ¡Lo Mato!
Narradora: Las muchachas fueron rumbo a la montaña Los Mohinitos.
Espetoberverona: No quiero llegar…. El sol de hielo ha de estar enojado y nos va a comer, nos vamos a morir todas.
Pancracia: Ay no seas así de miedosa, de seguro se no va a ocurrir algo y haremos que el sol de hielo no nos haga daño.
Filomena: ¡Que horror! El viento me despeina, el sol de seguro se asustará al verlas y les hará daño, a mi no me hará nada por lo hermosa que soy.
Pánfila: Si, si, como digas (con tono sarcástico). ¡Oigan! ¿Y si le hacemos una broma?
Filomena: Con que no se me corra el maquillaje, yo estoy de acuerdo.
Pancracia: Si, tengo varias ideas para jugar con el Sol de hielo.
Espetoberverona: Si, yo… nooo, mejor no, ¿y si se pone mas furioso?
Pancracia: No te preocupes, se nos ocurrirá un plan B (con tono pensativo)
Filomena: Bueno ¿Nos vamos? No quisiera llegar tarde, eso me haría quedar como una mal educada.
Pánfila: Ay Filomena, tu siempre con tus cosas de ser la mejor.
Pancracia: ¡Tengo una idea!
Espetoberverona: ¿Cu… cu… cual? (Tartamudeando)
Pancracia: ¡Vengan! (moviendo las manos)
Narradora: Las muchachas se pusieron a idear un plan pero decidieron hacerlo hasta en noche. Ya con el plan en las manos las muchachas fueron a las montañas.
Espetoberverona: Mejor hay que regresarnos, es que le temo a la oscuridad.
Pánfila: ¡Tranquila! Las cuatro nos protegeremos.
Filomena: Mas bien las tres (Señalando a las demás) conmigo no cuenten.
Pancracia: Aquí vamos de nuevo (haciendo gestos)
Narradora: A la mañana siguiente, las muchachas se dieron cuenta de que habían llegado a donde salía el sol d hielo.
Espetoberverona: Ahhh, que cansada estoy, ¿Porqué no descansamos un rato?
Filomena: Claro que descansaremos, todo este recorrido me hizo sudar, ¡aahhh! (tocándose el cuello)
Pánfila: ¡Miren, allá están las montañas!
Narradora: Las chicas se fueron corriendo y de pronto una luz las empezó a alumbrar.
Pancracia: ¿Qué es eso?
Filomena: No lo se, pero me rompe mis hermosas pupilas.
Espetoberverona: ¡Es el sol de hielo! Creo que no fue buena idea venir.
Pánfila: ¿Qué dices? Hay que vengarnos de una vez por todas.
Narradora: Las chicas comenzaron la venganza.
Espetoberverona: ¡Muy bien! ¡Hay que hacerlo! Pero, ¿No saldremos lastimadas, verdad?
Pánfila: ¡Que no! Todas nos ayudaremos y cumpliremos nuestro objetivo.
Filomena: De acuerdo, solo porque ustedes me cuidaran a mi.
Pancracia: Si, Lady Filomena, todas te cuidaremos.
Narradora: De repente las muchachas comenzaron a gritarle al sol.
Pánfila: ¡Oye tú! ¿Qué te has creído?
Espetoberverona: Tranquila, no te aceleres (Temblando)
Pancracia: Si ¿Cómo te atreviste lucecita?
Filomena: No le digas así, esa soy yo, mejor dile blablablabla.
Espetoberverona: Discúlpenos señor, nos confundimos, estee, pero ya nos vamos ehh, ¡adiós!
Pánfila ¿A dónde? Claro que no nos confundimos, el es el asesino de nuestros padres.
Sol: ¿Qué se han creído? (gritando con voz gruesa)
Pancracia: Pues lo que crees, vinimos a hacer justicia y vasna a caer.
Sol: Jajajaja, por favor… unas niñitas como ustedes no le harían daño ni a una mosca.
Filomena: ¿Niñitas?
Espetoberverona: Siii, recuerdas, todavía somos niñitas, ya nos podemos ir (entre dientes)
Sol: No quiero volver a verlas, ¡Váyanse!
Filomena: A mi nadie me corre… por eso ya nos íbamos (tocándose el pelo)
Pancracia: Si, ya nos vamos.
Narradora: Las chicas se escondieron tras unos arbustos.
Pancracia: Oigan, creo que ya se fue.
Filomena: Claro con su fealdad, obviamente.
Espetoberverona: No se confien, esteee… en cualquier lugar pueden salir.
Pancracia: ¡Lo tengo!
Pánfila: ¿Qué haces?
Pancracia: ¡La venganza es perfecta!
Espetoberverona: ¿Estás segura?
Pancracia: Si, miren… ¿ehh? ¿Porqué no pintamos el cielo de color negro? Para que el sol nunca salga.
Filomena: No, ustedes los harán, yo no me mancharé mi hermosa vestimenta.
Pánfila: Ayy Filomena, tu siempre con tus delicadezas.
Espetoberverona: De acuerdo, yo traeré la pintura, pero… necesito compañía.
Pancracia: Si, Filomena irá contigo, Pánfila y yo nos encargaremos de pintarlo.
Narradora: Las muchachas pintaron el cielo color negro.
Filomena: Que bueno que ellas lo pintaran, yo no quería ensuciarme mis hermosas y suaves manos.
Pánfila: Miren, ¿cómo quedó?
Pancracia: Si, la verdad se ve real, pero yo como quiera veo a luz.
Espetoberverona: Pues claro, es la luna, espero que no sea mala como el sol.
Filomena: De verdad necesito conocerla, realeza con realeza.
Pancracia: Si vamos, pero recuerden con mucho cuidado.
Espetoberverona: Si, pero de preferencia vayan ustedes ¿si?
Pánfila: No, iremos las cuatro, hazlo por nuestros padres.
Narradora: Las chicas fueron en donde estaba la luna.
Pánfila: ¡Hola!
Luna: Hola niñas, ¿qué hacen por aquí?
Espetoberverona: Pues nada, solo… solo… venimos a ver la… la… noche, ¡si… eso… la noche!
Pancracia: ¿Y tu que haces aquí?
Luna: Pues estoy buscando mis estrellas, pero no las encuentro. ¿No las han visto?
Filomena: Si claro, pero nosotras pinta…
Pánfila: Este, no, no las hemos visto (interrumpiendo)
Espetoberverona: Si, no las hemos visto, pero si quieres, nosotras podemos ser tus estrellas, estamos igual de solas.
Filomena: Estrella ya soy, pero de la luna si, es buena idea.
Luna: De acuerdo, ustedes serán mis estrellas.
Narradora: De pronto la pintura se fue cayendo y el día se fue descubriendo.
Pánfila: Oigan ¿Qué pasa?
Pancracia: Este , te diremos la verdad Luna.
Luna: ¿Qué verdad?
Espetoberverona: Bueno, pero no te enojarás, ni nos harás daño ¿verdad?
Luna: Claro que no.
Filomena: Bueno, nosotras, mejor dicho, ellas pintaron el cielo de color negro para vengarse del sol (apuntando a las 3 niñas)
Luna: En verdad ¿hicieron eso? ¿Por qué?
Pancracio: Pues la verdad el se comió a nuestros padres y queríamos venganza.
Pánfila: Si, pero el sol es demasiado fuerte y grande para derrotarlo.
Espetoberverona: Si, les dije que nos iba a hacer daño.
Filomena: A ustedes, porque a mi no.
Narradora: La luna fue a buscar al sol enojada.
Luna: ¿Como te atreviste? ¡Les has quitado todo a unas niñas!
Sol: Tu que te metes, pero mi estomago rugía
Narradora: El sol y la luna discutieron tanto que el sol se rindió y se marcho.
Luna: Niñas, ya no tendrán que deshacerse del sol.
Espetoberverona: ¿Qué… que le hiciste?
Pánfila: Si ¿Que fue?
Luna: Pues le dije todas sus verdades,
Filomena: Que bueno, por que en cerio quemó mi piel
Narradora: Las niñas abrazaron a la luna, ella las adoptó y vivieron felices en el cielo…
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